
Laboratorios ciudadanos: espacios para la innovación ciudadana
Ciudadanía 2.0 es un proyecto de la Secretaría General Iberoamericana que tiene como objetivo promover la innovación ciudadana en Iberoamérica mediante el uso de los medios digitales con el fin de fomentar la transformación social, la gobernanza democrática, y el desarrollo social, cultural y económico. Se entiende a las y los ciudadanos como sujetos activos en la construcción de la democracia y el desarrollo de la región, y a los medios digitales como un espacio público de encuentro donde las personas pueden ejercer su ciudadanía mediante la participación, haciendo uso de su derecho a la información, el conocimiento y la toma de decisiones. Ciudadanía 2.0 se ha posicionado como el primer espacio de trabajo conjunto entre ciudadanos, gobiernos y empresas, basado en una dinámica colaborativa y abierta lanzado desde un organismo internacional.
Es la primera vez que asistimos a un proceso de trabajo basado en una dinámica colaborativa internacional y abierta entre organizaciones sociales, empresas, organismos internacionales y gobiernos. Para ello, nos planteamos el proceso en tres fases. En este momento el proceso está en la Fase II que culminará en la Cumbre Iberoamericana de México 2014.
Para colaborar, el proceso es sencillo:
1. Ingresas a la página del documento;
2. haces tu comentario sobre aquellos párrafos que consideres;
3. No es necesario abrir una sesión de usuario, el documento es abierto, pero si lo deseas puedes dejar tu nombre y correo para comenzar a formar parte de la red de Innovación Ciudadana
4. El documento estará online hasta el 30 de mayo
5. Para cualquier duda puedes escribir a [email protected]
El documento es el siguiente:
1. Contexto
Habitualmente, cuando se menciona la innovación suele referirse al ámbito empresarial, o al científico. Pero en los últimos años la innovación ha pasado a formar parte de la cotidianeidad del ejercicio de la ciudadanía. Actualmente, una parte significativa de la creación de valor que acompaña al desarrollo social, cultural y económico de nuestros países, ciudades y comunidades proviene de iniciativas innovadoras de los propios ciudadanos, en buena medida apoyadas por el trabajo en red que facilitan los medios digitales.
Por ello, en julio de 2013, el proyecto Ciudadanía 2.0 de la Secretaría General Iberoamericana, junto a sus socios, ha comenzado a impulsar el proceso de Innovación Ciudadana (IC), entendida como la participación activa de ciudadanos en iniciativas innovadoras que buscan transformar la realidad social, a fin de alcanzar una mayor inclusión social. Actualmente, es habitual que estas iniciativas estén ayudadas por las tecnologías digitales, lo cual permite a muchos colectivos tener mayor capacidad de auto-organización mediante prácticas colaborativas, trabajo en red, y transferencia de conocimiento, a la vez que facilitan un mejor aprovechamiento de la inteligencia colectiva a nivel tanto local, como global.
En la reciente Cumbre Iberoamericana realizada en Panamá en 2013, el proceso de Innovación Ciudadana, presentó una carta colaborativa de propuestas para el impulso de la IC a las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno.
Como resultado de la Carta de Propuestas, los 22 países iberoamericanos han aprobado un Comunicado Especial, impulsado por Panamá y México, instando a Ciudadanía 2.0 a iniciar una agenda de propuestas para el impulso de la Innovación Ciudadana a 5 años en la región.
Con Innovación Ciudadana estamos articulando un proceso que, gracias al trabajo colaborativo y horizontal de ciudadanos, gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil y universidades, hemos posicionado al espacio iberoamericano como la primera región a nivel global que apuesta de forma conjunta y decidida por impulsar la innovación de sus ciudadanos como un recurso válido para su desarrollo social, cultural y económico.
1.1. Espacios para la Innovación Ciudadana
En la carta entregada a Jefas y Jefes de Estado se sugirió como prioritario para el desarrollo de una agenda futura que cada gobierno pueda crear y fomentar espacios de impulso de Innovación Ciudadana que, entre sus funciones, puedan estar las de difusión, promoción y apoyo de iniciativas. Espacios que denominamos “laboratorios ciudadanos”, donde se genera trabajo colaborativo para el despliegue de la capacidad innovadora de la ciudadanía.
A diferencia de épocas anteriores, el nuevo ciudadano que emerge es un ciudadano proactivo, que articula sus intereses en red y demuestra una participación expandida al margen de los canales habituales. Los nuevos ciudadanos son agentes de cambio, capaces de observar e identificar oportunidades en los problemas de su comunidad, generando iniciativas o proyectos que permiten ser motor de transformación social mediante la comunicación y la participación activa de la comunidad.
Por lo que, impulsar desde instancias gubernamentales la creación de estos laboratorios ciudadanos, es un paso de crucial importancia, puesto que se transforman en un puente entre la institucionalidad y la ciudadanía, generando confianza en las instituciones que habilitan la participación ciudadana, con lo cual se estrechan lazos entre gobiernos y ciudadanos. Si bien no necesariamente deben ser impulsados desde gobiernos, es importante que los gobiernos sí generen las condiciones para facilitar la creación de laboratorios ciudadanos, así como la valoración de sus proyectos e iniciativas.
El presente documento que llevaremos este año a la Cumbre Iberoamericana de Veracruz, tiene por objetivo establecer qué son los laboratorios ciudadanos, cómo benefician a su país/comunidad, y cómo pueden implantarse y desarrollarse a fin de fomentar la IC.
La metodología para la creación de este documento es colaborativa y abierta en una herramienta online, tal como lo viene realizando el proceso de IC con los aportes del Equipo de Trabajo y la ciudadanía en general.
2. ¿Qué son los laboratorios ciudadanos?
Los laboratorios ciudadanos son espacios en los que personas con distintos conocimientos y diferentes grados de especialización se reúnen para desarrollar proyectos juntos. Espacios que exploran las formas de experimentación y aprendizaje colaborativo que han surgido de las redes digitales para impulsar procesos de innovación ciudadana. Desde la perspectiva del proceso de IC, estos proyectos trabajados y generados en laboratorios ciudadanos tienen la característica de buscar una transformación social, que contribuya al desarrollo cultural, social y económico de nuestros países.
Los laboratorios ciudadanos son nuevos contextos de producción abiertos y colaborativos, que tienen la característica de ser efectivamente accesibles e inclusivos ampliando además de la cantidad, la diversidad de los usuarios que participan en sus actividades.
En los últimos años han surgido diferentes formas de laboratorios ciudadanos: medialabs, citilabs, hacklabs, maker spaces, living labs, etc., que se inspiran y aprovechan las posibilidades que ofrecen las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), en especial Internet, para generar espacios de encuentro y de experimentación colectiva.
A diferencia de las instituciones públicas que hemos heredado, como el museo, la biblioteca o el centro cultural, los nuevos laboratorios ciudadanos no tienen como función principal dar acceso y difundir iniciativas, sino que se centran en ofrecer plataformas que facilitan la participación de los usuarios en los procesos de experimentación y desarrollo de proyectos. Es decir, los laboratorios ciudadanos son espacios donde la ciudadanía se involucra en procesos de innovación abierta.
También se diferencian de los laboratorios y los centros de investigación oficiales, ya que no son lugares de uso exclusivo para los expertos, sino espacios abiertos a la participación de cualquier ciudadano.
Y a diferencia de las universidades y otros centros educativos, no tienen una orientación disciplinar sino que tienen como objetivo reunir a personas con distintos saberes y en los que el aprendizaje puede darse a lo largo de toda la vida.
2.1. Referentes internacionales
Los laboratorios ciudadanos son herederos de tradiciones muy diversas como las bibliotecas públicas, museos, archivos públicos, ateneos, centros cívicos, centros culturales, tech shops, escuelas, universidades, centros sociales auto-organizados, science shops, huertos urbanos y todos aquellos proyectos que han pretendido hacer del conocimiento un asunto colectivo, y del aprendizaje algo compartido.
En los últimos años, coincidiendo con el desarrollo de las nuevas tecnologías, se han explorado nuevos modelos que amplían las posibilidades que ofrecían las instituciones que hemos heredado. Así, surgen en el ámbito anglosajón pero rápidamente se extienden por todo el mundo manteniendo su denominación en inglés; los hubs y nuevos espacios de co-working, maker spaces, living labs, espacios hacker o hacklabs, medialabs, etc.
Si bien, actualmente, existen muchas experiencias, hay algunos casos que sobresalen a efectos de referencia para el presente documento. De esta forma, encontramos el caso del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que en 1985 desarrolló el primer laboratorio ciudadano denominado MIT Media Lab, un espacio con fuerte énfasis en la generación de soluciones innovadoras a la mejora de la experiencia humana a través de la tecnología, y que se convirtió en una referencia para futuras experiencias.
En otro orden, encontramos el MindLab en Dinamarca, que es un laboratorio que se constituye como una unidad inter-gubernamental de innovación que involucra a ciudadanos y empresas en el desarrollo de nuevas soluciones para el sector público, incluyendo políticas públicas.
Por su parte, en Iberoamérica, encontramos el MedialabPrado en Madrid (España), que se caracteriza por ser un laboratorio ciudadano de producción, investigación y difusión de proyectos culturales que explora las nuevas formas de experimentación y aprendizaje colaborativo que han surgido de las redes digitales. Algunos ejemplos en nuestra región serían el ZapopanLab en México, La Colaboradora en Zaragoza (España), SociaLab en Chile, Nuvem en Brasil o Citilab y BarcelonaLab en Barcelona (España), entre otros.
3. Los beneficios de impulsar laboratorios ciudadanos
Los laboratorios ciudadanos tratan de dar respuesta a dos de los grandes retos de nuestro tiempo. Uno de ellos es el de acortar la distancia entre las personas y las instituciones, al crear un modelo de institución cercano y abierto del que sus comunidades de usuarios se sienten parte, es decir, participación ciudadana. El otro es el de conectar distintos ámbitos de conocimiento, al ofrecer un entorno facilitador de vínculos entre mundos diversos: artístico, científico y tecnológico, profesional y amateur, académico, social y activista.
Como resultado de esto, los laboratorios ciudadanos generan los siguientes beneficios:
– Las personas pueden desarrollar sus capacidades en proyectos que benefician al bien común y aportan a la inclusión social.
– Dan respuesta a la necesidad de la comunicación cara a cara, dado que las redes digitales no pueden suplir la potencia del trato directo.
– Permiten explorar en el espacio físico de las ciudades las nuevas formas de acción colectiva que están emergiendo en la red.
– Hacen visible la idea de que las ciudades las construyen las personas.
– Acortan la distancia entre las personas y las instituciones, teniendo como uno de sus principales objetivos que los ciudadanos puedan implicarse en el diseño de políticas públicas.
– Las empresas pasan a tener un espacio para aprender y compartir su conocimiento. Ya que cada vez más se entienden como sistemas abiertos que deben incluir en su desarrollo a sus comunidades de clientes, usuarios y afectados.
– Son un espacio idóneo para el emprendimiento, ya que son incubadoras de proyectos y de comunidades.
– Un espacio donde las universidades y los centros educativos puedan intercambiar conocimiento, ser más permeables a los problemas ciudadanos e incorporar saberes no expertos. Experimentar nuevos modelos de aprendizaje y producción de conocimiento.
– Proveen un espacio participativo y abierto para proyectos que tengan como objetivo desarrollar estrategias de resolución de problemáticas sociales y culturales, que pueden pasar a formar parte de políticas públicas.
En todos los casos, las producciones y resultados de proyectos en laboratorios ciudadanos tienen como característica la de realizar aportes innovadores que beneficien social, cultural o económicamente a sus comunidades, y en última instancia al país. Por su parte, los medios digitales permiten poner en evidencia estas experiencias, generando buenas prácticas y redes de intercambio entre ellas y, por lo tanto, beneficiando a otras comunidades.
4. ¿Cómo funcionan los laboratorios ciudadanos?
Los programas y actividades de los laboratorios generalmente se estructuran en torno a líneas de trabajo que procuran brindar soluciones novedosas a situaciones de interés para la comunidad/colectivo/ciudad/país. Suelen girar en torno a la ciencia ciudadana, la cultura del prototipado, el arte y las nuevas tecnologías, los huertos urbanos, la cultura del “hazlo tu mismo” y “hazlo con otros”, las comunidades de aprendizaje y, en suma, brindar soluciones novedosas a problemas ciudadanos a partir de la colaboración entre personas de diferentes conocimientos y experiencias.
Habitualmente, el espacio se organiza en estaciones de trabajo, lugares de producción, investigación y exhibición que corresponderán con las diferentes áreas de las temáticas que se trabajan. En estas estaciones de trabajo ciudadanos con diversas formaciones y experiencias desarrollan proyectos, siempre abiertos a las aportaciones de otros colaboradores.
Los participantes que se reúnen para colaborar tienen diferentes perfiles: son artistas, diseñadores, ingenieros, arquitectos, físicos, administradores públicos, biólogos, sociólogos, educadores, economistas, activistas sociales, estudiantes, etc. Esta mezcla de saberes permite que se desarrollen proyectos que tratan temas tan diversos como la fabricación digital 3D, la visualización de datos, la electrónica y la programación creativa, la moda y el diseño textil, juegos experimentales, huertos urbanos, transformaciones del entorno urbano, propuestas para mejoras del sector público, etc.
En algunos proyectos, lo artístico aparece con mayor intensidad, en otros predomina lo tecnológico o lo científico; unos tienen un carácter educativo y otros más social; pero todos ellos se caracterizan por incluir y requerir distintos saberes en su desarrollo.
El espacio del laboratorio está atendido por mediadores que reciben a los que lo visitan por primera vez y atienden las necesidades de los usuarios habituales. Se trata de una operación de acogida, escucha y conexión. Es la práctica de la hospitalidad que permite que cualquiera se sienta invitado a tomar parte de lo que ocurre en el laboratorio. Informan sobre las actividades y los proyectos que están en marcha, y escuchan las expectativas e intereses de los visitantes, para ponerles en contacto con aquellos proyectos que puedan ser de su interés.
Cada grupo de trabajo configura, a su vez, un experimento de convivencia y de auto-organización en su plan de desarrollo y en la manera en que se discuten, se incorporan y se acreditan las contribuciones de los distintos colaboradores. El laboratorio ciudadano debe generar, por tanto, protocolos para la participación, un modelo que permita que cualquiera pueda incorporarse a los procesos de experimentación sin importar su ámbito de experiencia ni su grado de especialización.
Los laboratorios, además de ser espacios para que los ciudadanos puedan trabajar en proyectos concretos en forma colaborativa, también pueden estructurar su programación según el formato de actividades como pueden ser talleres de producción, o reuniones de colectivos con intereses específicos que se encuentran periódicamente para compartir experiencias, mostrar trabajos en común e impartir conocimiento.
4.1. Algunos apuntes sobre metodologías de trabajo
Las tecnologías de la información no sólo ofrecen herramientas que facilitan la organización, la gestión, la documentación y la difusión de proyectos, sino que también han generado una gran variedad de prácticas como son las nuevas metodologías del encuentro y prácticas de mediación, que amplían el repertorio de formas de participación.
4.1.1 Nuevas metodologías del encuentro
En los últimos años han surgido una gran cantidad de nuevas maneras de organizar encuentros, actividades, debates y talleres en los que no hay un programa establecido sino que son los propios participantes quienes deciden activamente las actividades que los configurarán, en algunos casos con antelación mediante la ayuda de plataformas online como wikis y listas de correo, y en otros decidiéndolo in situ en el momento del encuentro. A estas nuevas metodologías se las conoce como tecnologías de los espacios abiertos y se aplican en la organización de eventos de distinta naturaleza como las unconferences, BarCamps o hack meetings.
Algunas metodologías se configuran como talleres que están orientados a la producción de proyectos que se llevan a cabo por los propios participantes en el encuentro: startup weekends, game jams, open labs, hackatones, etc.
4.1.2. Mediación
Los laboratorios ciudadanos son contextos de producción abiertos y colaborativos que demandan nuevas prácticas de mediación para hacer que estos espacios sean efectivamente accesibles e inclusivos. La hospitalidad, la escucha y la conexión entre potenciales participantes son esenciales para el buen funcionamiento de los proyectos.
El objetivo es reunir personas y proyectos con distintos perfiles y procedencias, áreas de conocimiento (ciencias, humanidades), niveles de especialización (expertos y principiantes), intereses (profesionales, educativos, amateur, entretenimiento), sectores (público, privado, sociedad civil), administraciones públicas (estatal, regional, municipal), áreas (cultura, participación, economía, medio ambiente, etc.).
De allí la importancia de contar en el equipo del Laboratorio con mediadores que ayudan a interconectar personas y proyectos.
5.Algunas características generales de los laboratorios ciudadanos
– Son proyectos abiertos a la participación de todos los ciudadanos. Esta apertura se traduce en unos formatos de trabajo que ofrecen la posibilidad de diversos modos de implicación, en un programa de mediación y en la publicación constante de convocatorias abiertas.
– Los laboratorios ciudadanos son espacios que se construyen a partir de las aportaciones y la actividad de sus usuarios. Son instituciones que los ciudadanos sienten como propias.
– Ofrecen un entorno facilitador de vínculos entre mundos diversos: artístico, científico y tecnológico, profesional y amateur, académico, social y activista, etc.
– Se apoyan en una red distribuida de personas y otras organizaciones con las que colaboran, y en una comunidad muy activa de usuarios.
– Funcionan como un caldo de cultivo para iniciativas innovadoras y creadoras de valor, desde un espacio de autonomía donde haya margen para el ensayo, la experimentación y la creatividad.
– Al entenderse como un espacio de creatividad, pueden experimentarse nuevas prácticas que se expandan después hacia otros ámbitos de la vida en la ciudad. En este sentido, puede funcionar como un laboratorio de i+d para la ciudad y para el país.
– Desde un compromiso con lo público, fomentan y apoyan iniciativas de innovación ciudadana autosostenibles.
– Son una organización reflexiva, que incorpora a los ciudadanos en este proceso y que, por tanto, aprende y evoluciona constantemente.
– Fomentan el uso de herramientas de hardware y software libre y de código abierto, insertas en la filosofía del libre acceso al conocimiento y del trabajo colaborativo.
– Los recursos humanos, físicos y materiales necesarios dependerán del tipo de laboratorio que se prevea crear. Igualmente, tienden a ser espacios abiertos, diáfanos y reconfigurables, entre los recursos materiales destacan una buena conexión a internet vía wifi, un mobiliario sencillo, con mesas y sillas para el trabajo en grupo, y un equipo humano compuesto por mediadores, gestores, y ciudadanos.
6.Actividades generales de los laboratorios ciudadanos
– Espacio permanente de exposición, información, escucha y encuentro atendido por mediadores que explican la naturaleza del espacio y ponen en contacto a personas con personas, a personas con proyectos, a proyectos con proyectos.
– Convocatorias abiertas para la presentación de propuestas y la participación en el desarrollo colaborativo de proyectos.
– Un programa compuesto por talleres de producción y de formación, seminarios y debates, reuniones de diferentes grupos de trabajo, muestras de proyectos, conferencias y otros eventos.
– Una atmósfera de trabajo pensada especialmente para el encuentro, la cooperación y el intercambio, donde caben la vida y los afectos, el valor de lo informal y de la cercanía.
7.Documentación y replicabilidad
La velocidad con la que las buenas ideas se transmiten de un lugar a otro ha aumentado, y procesos que antes podrían durar décadas ahora se dan casi de manera simultánea en muchas partes del mundo, generando un trabajo global en red que permite que los proyectos puedan adaptarse a las especificidades locales. Para ello, es importante la puesta en práctica de políticas de datos y conocimiento abiertos, que faciliten la circulación de la información y el conocimiento a través de repositorios compartidos y del uso de licencias libres, que permitan que los proyectos puedan ser replicados en otros lugares y modificados para la adaptación a su contexto local.
8. Sostenibilidad económica
La sostenibilidad económica de los laboratorios ciudadanos dependerá de su capacidad para formar parte de redes de colaboración con otras organizaciones locales, estatales e internacionales. Para ello, se considera importante el apoyo simultáneo de distintas instituciones, públicas y privadas.
La colaboración con el tejido empresarial puede darse no sólo por la vía del patrocinio convencional o del desarrollo de nuevos productos comerciales, sino también poniendo a disposición el contexto de intercambio de conocimiento y metodologías que ofrece el laboratorio para contribuir al debate sobre una nueva cultura de empresa y al desarrollo de nuevas competencias en el sector empresarial, así como a ensayar nuevas formas de emprendimiento social, economía sostenible y empresas del procomún.
De esta forma, el Equipo de Innovación Ciudadana, en conjunto con los gobiernos o instituciones interesadas en impulsarlos, coordinarán sus gestiones para ayudar a encontrar los mecanismos de financiación que faciliten la sostenibilidad del laboratorio.
9. Red de laboratorios
Además del intercambio de información a través de los sitios web y de repositorios online existe la necesidad de celebrar encuentros en los que usuarios y gestores de los laboratorios ciudadanos puedan encontrarse e intercambiar experiencias.
Por ello, el proceso de Innovación Ciudadana puede encargarse de la organización de un encuentro anual regional dedicado a la interconexión de laboratorios ciudadanos, sumando la presencia de administraciones públicas, universidades y colectivos sociales.
Desde la Asociación Cultural La Dinamitadora, agradecemos la atención prestada por Sandra Ruiz Benitez, de Ciudadanía 2.0 – Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
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