
5 juegos de educación medioambiental
La sensibilización sobre los temas ambientales debe ser una preocupación los 365 días del año, aunque nunca está de más que haya un día en el que llamar especialmente la atención sobre la sostenibilidad medioambiental de nuestro planeta, llámese Día de la Madre Tierra o Día del Medio Ambiente. Desde Apúntateuna queremos contribuir aportando ideas para la dinamización sociocultural mediante juegos de educación medioambiental. Y proponemos juegos porque son una herramienta que favorece las relaciones humanas y con nuestro entorno.
Vamos a comenzar con un juego de distensión, que en realidad es una adaptación del denominado «Cesta de frutas» (La Alternativa del Juego, Los Libros de la Catarata, Madrid, 2006). Se me ocurre titularlo Medioambiente. Es un juego indicado para grupos a partir de 12 personas. Buscamos un claro en el bosque donde poder sentarnos en el suelo en círculo. Preguntamos a las personas participantes qué factores facilitan la conservación del medio ambiente y entre las respuestas elegimos las cuatro más representativas. A cada persona le asignamos un factor. Quien dinamiza el juego comienza quedándose en el centro, de pie y tendrá que decir dos de los cuatro factores elegidos. Quienes «tengan» ese factor deben levantarse y cambiarse de sitio, momento que aprovechará quien comenzó el juego en el centro para sentarse en el círculo. La última persona que intente sentarse será la que ocupe ahora la posición central en pie, comenzando de nuevo a elegir dos factores y así continuar la dinámica. Un poquito más adelante, introducimos una variante. A partir de ese momento también se puede decir «medioambiente» y todas las personas participantes deberán cambiar de sitio. Si el grupo no se conoce mucho, se puede aprovechar el momento de quien está en el centro para que diga su nombre y cuente algo de su vida. Es evidente, que tanto levantarse y sentarse en el suelo no está indicado para personas muy mayores.
El siguiente juego se basa en los sentidos. Por parejas vamos a realizar un Paseo guiado por la naturaleza. Este es uno de esos juegos que un buen día alguien lo propone y no sabes muy bien de dónde procede, ni a quién se le ocurrió. Indagando un poco, he encontrado por internet un cuaderno titulado «Juegos en la naturaleza» escrito por Luis Rodríguez Neila y editado por el Servicio de Medio Ambiente de la Diputación Provincial de Cádiz. El juego en sí consiste en que una persona guía a otra que lleva los ojos vendados, dándole a oler, tocar, oir… aquellos elementos naturales que se vayan encontrando por el camino. Si lo hacemos en silencio y basándonos en la confianza, será una experiencia muy gratificante. Al cabo de un rato, se invertirán los roles.
Pasamos ahora a plantear un juego para gran grupo. Se llama Lista de menudencias y, sinceramente, no me atrevo a decir a quién se le ocurrió por primera vez, dada la gran variedad que hay sobre el mismo. Dividimos al gran grupo en varios subgrupos y les entregamos una hoja donde estarán escritos una serie de elementos presentes en el entorno y que deben de recopilar. Por ejemplo: tres tipos distintos de hojas, algún resto animal, algo que no pertenezca al entorno (muestras de desechos humanos), algo que sirva para transportar agua, algo que huela bien, algo suave, una semilla… Posteriormente, e independientemente de que lo planteemos como una minicompetición, podemos aprovechar los elementos recopilados para comentar porqué ha sido más fácil encontrar unos elementos que otros o la presencia excesiva de desechos humanos.
También puedes visitar nuestra entrada donde publicamos el juego titulado Búhos y Cuervos pinchando aquí. Este juego también aparece en el cuaderno escrito por Luis Rodríguez Neila.
El último juego de este artículo lleva por nombre A la charca, a la orilla y resulta que también es una adaptación de un juego recogido (aunque de forma distinta) en el cuaderno de referencia, titulado «Mar, Tierra». Este es un juego de percepción auditiva donde actúan otros factores como el engaño mediante señales visuales. Es muy entretenido y bastante adictivo, particularmente la chavalería quiere jugar una «partida» detrás de otra. Consiste en trazar una línea en el suelo. A un lado estará «la orilla» y al otro «la charca». Quienes participan se colocan en fila en el lado de la orilla. Quien dinamiza el juego irá diciendo «a la charca, a la orilla» en distinto orden con el fin de que se vayan equivocando y por tanto, siendo eliminados o eliminadas del juego. Decía lo del «engaño visual» porque resulta divertido cuando les digo que les voy a ayudar y les voy a ir señalando con las manos, momento en que doy órdenes contradictorias y recordemos que hay que hacer lo que se diga, no lo que se señale. Un toque que no hace daño a nadie y sólo provoca risas. Finalmente, «ganará» una persona, o dos… Una sugerencia final: este juego también lo podemos realizar mientras esperamos que venga a recogernos el autobús para volver a casa después de pasar un día estupendo en la naturaleza.
Nos gustaría que nos propusieras algún juego o variante. Y, por supuesto, si te ha gustado el artículo, te invitamos a que los compartas. Gracias!