
Motivación para el emprendimiento: algo más que beneficio económico
Imagen: post sobre «Emprendimiento social» de la web DE OTRA MANERA – Ideas sostenibles para todos
¿Qué motivaciones nos llevan a emprender, qué nos hace ser personas emprendedoras? En primer lugar, la respuesta más lógica podría ser la de obtener un beneficio económico. No obstante, no siempre es así. Son muchas las personas que no se sienten acuciadas por esa necesidad imperiosa del rédito económico y que, sin embargo, se embarcan en proyectos emprendedores. En otros casos, aún siendo legítimo buscar unos ingresos económicos, hay algo más allá. Quizás entre su leit motiv esté el hacer algo diferente o buscar un beneficio para la sociedad. El deseo de encontrar un sentido a lo que hacemos, de dar sentido a nuestra vida, nos llevará irremediablemente a preguntarnos por nuestras creencias y valores. En un artículo anterior, ya hablábamos de “fomentar el emprendimiento con valores”. A lo largo de mi vida, he tenido diversas fases emprendedoras donde se han puesto de manifiesto diferentes aspectos: lo que me gusta hacer y además creo que se me da bien hacerlo, lo que opino que hay necesidad de ello en el mundo en el que vivo y, también, por qué no, lo que llevará a que me paguen por realizarlo.
Edith Claros, Ramón Morata, Miguel Prados Rodríguez y Sergio Rodríguez, autores del módulo titulado “El emprendimiento desde el bien común en las organizaciones” de la Guía para Emprender desde la Economía del Bien Común en las organizaciones editada por la UNESCO, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, nos hablan de los factores claves mencionados, los cuales nos influyen como personas y nos pueden servir a encontrar nuestros propios propósitos. Así, la intersección entre “lo que se ama” y “lo que se hace bien” es lo que conocemos como pasión. En el caso de la intersección entre “lo que se ama” y “lo que el mundo necesita” se habla de misión. En ApúntateUna publicamos recientemente un artículo sobre “La visión y la misión en los proyectos de dinamización sociocultural”. La profesión es la unión entre “lo que se hace bien” y “por lo que te pagarán”. Y, por último, la vocación es la intersección entre “lo que el mundo necesita” y “por lo que te pagarán”. A su vez, la intersección de todo ello es lo que se conoce como propósito. Así pues, el enlace entre todos los aspectos citados nos va a permitir “encontrar un equilibrio como personas pero además encontrarle un propósito a lo que hacemos”, en palabras de loa autores citados. Este planteamiento puede dar mejores resultados que si la motivación la planteamos exclusivamente en base a factores externos. Qué duda cabe que nos sentiremos mucho mejor si existe una alta confluencia entre lo que nos gusta, lo que se nos da bien hacer y lo que el mundo necesita. En este caso, nuestra motivación se elevará por las nubes y estaremos en disposición de ponernos manos a la obra con la capacidad suficiente de sortear cualquier obstáculo y de convencer a las demás personas de que lo que ofrecemos es un buen producto o servicio, basado en una buena ética.
En todo el proceso descrito es indudable que se van a poner en juego nuestras creencias o valores frente a los imperantes en nuestras sociedades actuales. Es más, es incluso probable que nuestros valores estén altamente influenciados por cuestiones como la ambición, el máximo beneficio, el éxito, el dinero, el poder… Debemos plantearnos si los valores dominantes nos harán felices o más bien provocarán ansiedad e insatisfacción.
El documento de la UNESCO citado, partiendo de los valores humanísticos y de la ética como guía orientadora, se basa en la Economía del Bien Común, como una economía asentada sobre valores de las relaciones humanas tales como:
- Dignidad Humana, porque es necesario que como proceso de relación con nuestro entorno se respete en todo momentos a las personas, ya que sin ello no es posible conseguir el bien común.
- Solidaridad, en vez de competencia.
- Sostenibilidad Ecológica, que permita cuidar los recursos y el medio ambiente.
- Justicia Social, porque se promueve que todas las personas puedan tener los mismos derechos.
- Participación democrática y Transparencia que permitan eliminar la jerarquización y aplanar lo más posible la estructura de la empresa.
Comparto totalmente la idea de que la motivación para el emprendimiento será mucho más fuerte si está basada en algo más que el puro beneficio económico. ¿Y tú qué piensas?