
9 propuestas para fomentar el emprendimiento-emprender con valores
Imagen: Cápsula Formativa de Alto Rendimiento en Cultura Emprendedora para Jóvenes «StartYouUp 2013» organizada por la Asociación Cultural La Dinamitadora.
Es práctica reciente habitual que desde diversas instancias se fomente la cultura emprendedora en personas jóvenes. Quienes podamos tener alguna responsabilidad en dicha tarea, debemos pararnos a pensar sobre nuestra intervención, nuestra forma de actuar y nuestra actitud, y si orientamos en valores y en cuáles. No podemos saltarnos esta reflexión ya que la referencia e insistencia que hagamos en este ámbito determinará en gran medida el resultado. Se trata de influir positivamente, de forma consciente, de manera que nuestra labor cotidiana tenga un sentido educativo que nos distinga y nos refuerce frente a otras propuestas que también promocionen el emprendimiento. Nuestra reflexión, como digo, debe de ser consciente, saber qué nos gusta y qué no, qué sentimos como bueno y deseable, para poder verbalizar con un mínimo de orden y precisión, de forma que podamos conjugar valores y objetivos emprendedores concretos y alcanzables. Opino que, en contra de lo que pudiera parecer, no es una tarea fácil puesto que nos debemos enfrentar a ideas preponderantes en el entorno que calan poderosamente en gente joven, y no tan joven. ¿Acaso no predomina la idea de que emprender una idea de negocio debe suponer un «pelotazo» y «forrarse» rápidamente, o si no es un fracaso?
En ApúntateUna hemos hablado ya, de la mano de Álvaro Romero, de tres aspectos que creemos muy importantes: la cooperación, la colaboración y la cocreación. En esta ocasión vamos a destacar 9 propuestas que se hacen desde la denominada «economía del bien común» y que nos parece necesario plantear cuando fomentamos el emprendimiento desde un punto de vista ético.
- Frente al afán de lucro y la competencia, primar la cooperación y la contribución al bien común.
- El éxito económico se debe medir en función del balance del bien común: dignidad humana, conciencia social, ecológica, democrática y solidaria.
- El valor de una empresa dependerá del número y de la influencia de personas capacitadas, éticas y eficaces que consigan realizar un trabajo productivo, generador de beneficios económicos y sociales, sintiéndose al mismo tiempo felices en realizarlo.
- El beneficio financiero debe ser un medio y dejar de ser un fin. Hay que esforzarse en buscar el tamaño óptimo de los proyectos emprendedores. No tienen que temer ser adquiridos, o sentirse obligados a crecer para ser más grandes, más fuertes o con mayores beneficios.
- Existiendo la posibilidad de aspirar sin miedo al tamaño óptimo, habrá muchas empresas pequeñas en todas las ramas. Como no tienen que crecer más, les será más fácil cooperar y practicar la solidaridad. Se pueden ayudar mutuamente con conocimientos, tecnología, encargos, personal o créditos sin interés. Serán recompensadas con resultados del balance del bien común positivos. Las empresas van formando una red de aprendizaje solidaria, la economía se transforma en un sistema win-win. Es decir, creación de sinergias.
- Participar de los principios del Comercio Justo.
- El uso de la tierra está condicionado a criterios ecológicos y al uso concreto. No se permite la especulación inmobiliaria. Un nuevo objetivo será la reducción de la huella ecológica hacia un nivel globalmente sostenible y justo.
- El horario de trabajo retribuido se verá reducido escalonadamente hacia un número de horas semanales de 30 a 35. De este modo queda tiempo libre para otros tres campos de trabajo de gran importancia: trabajo de relaciones y cuidados (infancia, personas enfermas, mayores), trabajo de crecimiento personal (desarrollo de la personalidad, ocio…), trabajo en la política y actividades públicas, etc. Como consecuencia de este reparto más equilibrado entre las distintas actividades, el estilo de vida se hará más suficiente, menos consumidor, y más sostenible.
- Otras competencias de gestión. Las empresas no deben buscar a personas gerentes más duras y ejecutivas (de “eficiencia cuantitativa”), sino a las más responsables y socialmente competentes, las más empáticas y sensibles que consideren la codeterminación como una oportunidad y un beneficio para todos.
El Portal de Economía Solidaria de la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria ofrece abundante información sobre actividades, documentos, asociaciones… definiéndose como lugar de encuentro, reflexión, participación, adhesión, y comunicación sobre estructuras económicas solidarias con el «ser humano», la sociedad y el planeta, y que os invitamos a visitar.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Es posible y deseable fomentar el emprendimiento poniendo el acento en las propuestas anteriores, y además, es realista? ¿Es un deber de las personas que tenemos una cierta responsabilidad? Esperamos tus comentarios.